THE ACT-UPS. Empapados de la vida real

Antes de desembocar en el Atlántico, el río Tajo forma un estuario conocido como “Mar da Paha”. En una orilla, Lisboa, en la otra, empequeñecida por la alargada sombra de la capital portuguesa, Barreiro, la ciudad donde el rock’n’roll hecho en el país tiene su centro neurálgico, un combativo foco de resistencia. Buena parte de culpa la tienen Nick Nicotine y Johnny Intense, nombres de guerra de dos barreirenses que viven por y para la música, dos tipos apasionados que un buen día decidieron predicar en el desierto y fundar un sello, Hey, Pachuco!, con el que dar salida a buenas bandas locales con mucha energía y poco respaldo. Empezaron mirándose al ombligo, editando como primera referencia el 7” de The Sullens, la banda que ambos lideraban allá por el año 2000. Poco después formaron The Ballyhoos, segunda referencia del sello, crujiente y tóxica formación encomendada a San Mick Collins y elixires similares. Nick y Johnny procrearon incestuosamente en otras formaciones del sello hasta dar, en el décimo lanzamiento del sello, con un hijo bastardo del lustre de The Act-Ups y un debut de los que marcan un antes y un después en la trayectoria de una discográfica, “I Bet You Love Us Too” (2003). Con él bajo el brazo cruzaron el país hasta la vecina España, donde hicieron muy buenas migas tanto con bandas locales como Rock-A-Hulas, Los Chicos, Lascivos o Jesus Racer R’n’R Trio, como con las buenas gentes de esta patria nuestra que ahora se resquebraja (¡que gran término, Zaplebes!).

Tres años después, The Act-Ups no han perdido un ápice de su fe en el rock’n’roll pese a seguir clamando en la nada del yermo páramo rockero portugués. Es más, vuelven con un disco, «The Marriage of Heaven and Hell» (Hey, Pachuco! / Beatnik Moon), que avanza lo suyo respecto a lo apuntado en su carta de presentación, ahondando en su garage-rock soulfiliado, bien macerado en R&B y servido con esa mezcla de joie de vivre y melancolía inherente a los lusitanos, que el bueno de Nick Nicotine salpimenta con clase y aroma a night-club. Son una banda única en Europa que merece mayor suerte allende los Pirineos y al otro lado del charco; este mes podrás rendirles pleitesía durante su gira española, toma nota en la ruto-agenda.

¿Cuáles eran vuestros anhelos antes de entrar a grabar el nuevo disco? ¿Se han cumplido los objetivos?
Nick: El objetivo principal era que sonara mejor. Sabíamos que teníamos buenas canciones –y eso es esencial para nosotros-, así que pensamos en ir a un estudio de relumbrón. Pero, claro, no teníamos dinero y como estamos acostumbrados a grabar por nuestra cuenta y riesgo, decidimos invertir en hacernos con un mejor equipo de grabación. Seguramente, fue mejor así; íbamos a hacerlo a nuestra manera, sin ningún tipo de presión, bebiendo durante las sesiones, dejándonos llevar sin mirar el reloj… aunque siempre solemos grabar la primera toma, la mejor. Lo único que salió “algo mal” fue que antes entrar a grabar nos comprometimos a hacer la fiesta de presentación un día concreto en Barreiro, así que nos vimos obligados a masterizar el disco en una noche, del tirón, de la 1 de la madrugada a las 11 de la mañana siguiente, una locura. Estaba aterrado de que sonara como el culo, ya que sólo lo habíamos escuchado una vez antes de mandarlo a fábrica. Estuve dos días comiéndome la cabeza porque creía que de veras sonaba fatal… Ahora me encanta el disco, fue una estupidez mía.

La referencia al libro de William Blake del título, ¿fue algo fortuito o es que existía la voluntad de conferirle al disco una unidad “conceptual” que conectara, aunque fuera remotamente, con su visión del mundo, del Infierno?
Nick: Bueno, honestamente, el disco iba a llamarse “Play Vulgar Rock”, pero di con este libro un día y me encantó. Nunca quisimos hacer un disco “conceptual”, pero es cierto que muchas de las canciones sí que conectan con las ideas que se ilustran en el libro. Sí, creo que el Infierno es un buen combustible para el rock’n’roll. Por otro lado, es cierto que pierdo día a día la fe en la especie humana. En el último año me he dado cuenta, a través de los ojos de amigos íntimos míos, que este no es un mundo para nada justo; es algo complicado de sobrellevar, mucho más que hace tres o cuatro años. Ahora tengo el miedo constante a la muerte, me asolan ataques de pánico, me aterroriza enfermar y estoy aprendiendo a vivir con ello; era más fácil cuando no pensaba en ello, supongo que me estoy dando cuenta que tengo que ser “el capitán de mi dolor”, como dice el otro Nick… Forma parte de hacerse adulto, de crecer; no hay duda que si tengo esto dentro de mí, tengo que escribir acerca de ello… Aunque espero no estar convirtiéndome en un tipo demasiado serio, sería algo duro de aceptar.

En una banda con cinco miembros, ¿se hace difícil mantener la cohesión y tomar decisiones? ¿Actuáis ambos de “capitanes”?
Nick: Desde un punto de vista logístico, sí, es realmente duro. Aunque Johnny y yo asumamos buena parte del trabajo, es algo estresante de todos modos para una banda con nuestros recursos. A la hora de componer, por ejemplo, normalmente yo presento la canción casi acabada, pero hay veces que empezamos a improvisar en plan “jam” en el estudio y acaba saliendo algo; de hecho, así es como estamos trabajando últimamente.

¿Es posible para una banda portuguesa vivir del rock’n’roll?
Nick: No creo que las bandas portuguesas que hacen el tipo de música que nosotros hacemos puedan vivir de el rock’n’roll, a no ser que hagan concesiones. Las hay que hacen “playback” en la tele o que se manifiestan en contra de la descarga “peer-to-peer”; yo he perdido el respeto por ese tipo de gente, ya sólo desde el punto de vista artístico, porque creo que esos actos están muy alejados del grado de integridad que yo quiero para mi banda, así que prefiero no aspirar a vivir del rock en mi país si ese es el peaje a pagar. No sé como es en España, pero tengo planeado trasladarme a Madrid lo antes posible, Portugal me enerva.

Por otro lado, entiendo que como amantes de la música creísteis que para la escena rockera de vuestro país podría ser estimulante la creación del sello Hey, Pachuco!, ¿no? ¿Cuál fue la reacción tanto de las bandas como del público rockero?
Nick: Nuestro sueño inicial era crear una especie de organización, un sello capaz de aglutinar a las bandas de rock de Portugal para que se ayudaran entre ellas y hacer así un frente común para que todas se beneficiaran. Pero pronto nos dimos cuenta que la mayoría de ellas no estaban en esto del rock’n’roll por la música, sino más bien por el dinero, la fama, el reconocimiento social, etc. Quizá eso explique porque todas las bandas del sello comparten miembros; no nos llevamos bien con buena parte de las otras bandas rockeras del país, no tenemos enemigos, pero tampoco una relación tan estrecha como para querer trabajar con ellas. Nadie creyó en nosotros cuando arrancamos con Hey, Pachuco! y muchos siguen sin hacerlo. Sufrimos mucho porque ni hemos nacido en Lisboa, ni formamos parte de esa “escena”, ni queremos relacionarnos con el mundillo mediático… pero es que, además, somos unos gordos bastardos con actitud propia. Estaba de coña, no sufrimos, creemos que todo eso es patético y preferimos tomárnoslo a cachondeo. La gente que compra nuestros discos es en buena parte español, aunque hay algunos portugueses con buen gusto. Nuestros próximos lanzamientos prometen nuevas dosis de Pachuco rock’n’roll: un split entre The Ballyhoos y Jesus Racer R’n’R Trio y nuevos discos de Big River Johnson, The Ballyhoos, Nicotine’s Orchestra y Los Santeros… Ah! Y una banda que acaba de empezar llamada The Fuck-Yous.

¿Cómo surgió el festival Barreiro Rocks?
Johnny: Es otro de nuestros hijos; nació en el año 2000 con el nombre de Pachuco Fest, pero en 2002 tuvimos que cambiarlo por el actual Barreiro Rocks. Estamos muy satisfechos de cómo han ido las cosas, creemos que es uno de los mejores de la península en su estilo; el último fue sin duda el mejor organizado, contó con una programación excepcional y las fiestas de presentación y los “after-shows” fueron alucinantes. A nivel personal, fue emotivo ver a los grupos, incluso los más “importantes”, alternar con el público después de los conciertos sin ningún tipo de tabú, compartiendo el ambiente del festival. Muchas bandas españolas han contribuido al estatus adquirido por el festival: Atom Rhumba, Bummer, Bananas, Tokyo Sex Destruction, Rock-A-Hulas, Jesus Racer Rock’n’Roll Trio, Lascivos, Capitán Entresijos, Juanita Y Los Feos, Lascivos y Los Chicos. ¡Gracias a todos!

Habladme de esta relación especial con España: Act-Ups habéis tocado en el festival Freakland, Beatnik Moon edita el vinilo del nuevo disco, los Ballyhoos tenéis un split con Bananas…
Johnny: Es un honor para nosotros tener tantos buenos amigos en España; personas que, como nosotros, sienten y viven la música con la misma pasión y la misma intensidad. El primer amigo que hice fue Cochambre, al que conocí a través de Internet, donde compartíamos archivos a través de uno de esos programas de “peer-to-peer”. Tengo que decir, sin embargo, que la primera vez que nos comunicamos no fue, digamos, muy agradable; pero, desde entonces, hemos ido desarrollando una larga y estrecha amistad. Es un artista extraordinario y, aunque parezca increíble, todavía no nos conocemos en persona. Otros amigos del alma son Los Chicos, con los que tenemos un vínculo de respeto y amor verdadero. Nuestros tres primeros conciertos en España fueron inolvidables; Antonio, Gerardo y María estaban allí, lo pasamos en grande, desbordados por la emoción y las sorpresas. Cuando tuvimos que decirles adiós, las lágrimas no mentían… Ah! Y es que, además, ¡Los Chicos son una banda enorme!

Nick: Lo que sucede con Los Chicos es que cuando les conocimos conectamos al instante, como si nos conociéramos desde siempre. Son personas maravillosas y se merecen todo lo que anhelen y más. He encontrado más gente sincera y buena en España que en todos estos años en Portugal, ¿puedes creerlo?

Por lo que he visto en www.act-ups.com la mayoría de reseñas proceden de revistas o e-zines portugueses y españoles; no acabo de entender por qué vuestra música no ha logrado conquistar más corazones europeos y estadounidenses. ¡Os lo merecéis!

Johnny: Tienes razón, quizá haya sido por nuestra excesiva modestia o porque no hemos sabido como dar a conocer nuestra música más allá de la península. La gente a la que le gusta nuestra música nos dice que somos una gran banda, que tenemos dos discos excelentes, que nuestro directo es potente y, también, que no entienden como es que… bla, bla, bla. Si alguien quiere ayudarnos, ¡gracias! Por el momento debemos controlar nuestra ambición. Vivimos en un país pequeño y las oportunidades que se nos presentan no son muchas, siempre estamos a la espera de esa llamada o ese mail que nos sorprenda, algo que hasta ahora siempre ha ocurrido gracias a nuestros hermanos españoles… y entonces es cuando el rock’n’roll nos sale disparado desde las tripas.

¿Qué show recordáis como el más especial de vuestra trayectoria hasta el momento?
Johnny: Difícil elegir uno, hay cinco que de vez en cuando perturban mis sueños: nuestro primer concierto en El Juglar, otro en León, el que dimos en el Freakland Festival que actuaron Soledad Brothers y Swingin’ Neckbreakers, el caos que se desató en el escenario después del primer tema en el Serie B y, bueno, el top 1 fue el concierto sorpresa en la fiesta de clausura del Barreiro Rocks 2005. Tocábamos en nuestro hogar, en un ambiente hostil y salvaje, Nick y yo estábamos agotados y había ciertas tensiones en el seno de la banda; el resultado fue un show corto y memorable.

Nick: C.C.A.N. en León y la fiesta de clausura del Barreiro que comenta Johnny.

¿Qué banda actual y cuál de clásica elegiríais para hacer un split?
Johnny: The Deadly Snakes, una de las bandas más excitantes del momento; “Porcella” es un disco fantástico. Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, me gustaría hacer algo con Captain Beefheart.

Nick: No escucho mucha música actual, así que elegiré dos bandas clásicas: Gun Club y  Birthday Party… y The Stooges, claro… y The Rolling Stones… y…

¿Qué filmes y lecturas nutren el mundo Act-Ups?
Nick: Yo me empapo de la vida real y hallo más inspiración en la prensa que en los libros, aunque pierdo la cabeza por Boris Vian, Fernando Pessoa, Tennesse Williams o las pelis de Jim Jarmusch, como todo el mundo, ¿no? Volviendo a la realidad, ¿puedes creer que un tipo estadounidense mató a su mujer y a sus hijos porque ella había fumado tres cigarrillos en un día cuando le había prometido dejarlo? Bueno, ahí tienes materia para una buena canción, siempre escribo de gente que me vuelve loco. Tres de cada cinco canciones hablan sobre alguien o algo real, ¡debes vivir la vida sobre la que cantas en tus canciones!

Si debemos creer en la sección biográfica de vuestra web, os separan diecisiete años a ambos. ¿Cómo es eso posible? Johnny, ¿puedes seguir su ritmo dentro y fuera del escenario o, por el contrario, eres tú el que se mantiene en pie cuando sale el sol?
Johnny: ¡Hehehe! Mi vida tiene muchas caras (buenas y malas) y en ninguna de ellas he jugado el rol principal, siempre se me ha dado bien el trabajo en grupo. The Act-Ups son una de esas caras. Nick es el cerebro; tiene 17 o 18 años menos que yo, pero nuestra relación es de hermanos y va más allá del rock’n’roll. Él es músico y si no fuera por su amor por el rock’n’roll, seguramente sería un músico de sesión de esos que toca lo que sea con quien sea por un buen puñado de cientos de euros. Yo puede que sea el mayor fraude o bluff de la historia, no tengo puñetera idea de música; es cierto que creo algunos riffs de forma instintiva, pero “le Monsieur” es Nick.

Nick, ¿qué tienes que decir al respecto?
Nick: Johnny Intense es Dios.

Para finalizar, cambiando radicalmente de tema, una pregunta socio-política; como hijos de la democracia portuguesa, ¿qué se siente al ser portugués hoy en día?, ¿qué opinan vuestros padres de estos últimos treinta años y cuáles sentís como los anhelos de vuestra generación?
Nick: Como te decía antes, espero trasladarme a España en breve, así que puedes imaginarte que no estoy muy contento con mi país. Nuestra economía está muerta; lo único que excita a los portugueses es el fútbol; es imposible encontrar un empleo con que pagar las facturas a menos que hagas turnos de noche en una fábrica; tienes que pagar por todo, incluso en materia sanitaria. Al menos tenemos buen tiempo, algo que los políticos no pueden joder, claro. Mis padres son polos opuestos políticamente: mi padre es de izquierdas, mi madre de derechas. Ambos creen que las cosas están mejor ahora que hace 32 años, pero están en desacuerdo en muchas cuestiones; entre los de su generación, todavía hay muchos que dicen “Oh, los tiempos de Salazar, ¡ojalá volvieran esos días!” Yo soy de izquierdas, pero odio a todos los partidos políticos de Portugal. El problema es la falta de conciencia política de buena parte de la población y su miedo a la acción directa; ¿por qué crees que vosotros los españoles tuvisteis una guerra civil mientras que nosotros tuvimos la revolución de los claveles sin ninguna persona herida? Si no hubiese sido por los intereses extranjeros, por los deseos de algunos ejércitos, Portugal seguiría sumida en la dictadura. Somos unos vagos. El objetivo de mi generación debería ser hacer una nueva revolución, aprender a escribir y a leer, a expresarnos, a odiar el dinero, a amar y comprender a nuestros compañeros. Pero eso es algo que no sucederá; el objetivo de los de mi generación es compensar la falta de dinero de la generación de nuestros padres con un trabajo estable, un coche tuneado, el último modelo de móvil y ordenador, casarnos e ir a Punta Cana… Vivir la vida que nuestros padres no pudieron vivir. Algo que yo entiendo y desprecio a la vez.

www.myspace.com/actups

Texto: Roger Estrada
Publicado en Ruta 66 (junio 2006)

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