«Tengo una pregunta para los fans: ¿Me seguiréis queriendo si dejo de desnudarme?» Tan reveladora reflexión me sorprende al abrir el mail con las respuestas de Texas Terri al cuestionario que le había mandado justo el día anterior…
Metida de lleno en la grabación de su segundo disco «Suck It Up!» y a la espera de los nuevos conciertos españoles de principios de febrero, Terri todavía recuerda la gira europea de presentación de «Eat Shit» (Twenty/Everlasting, 00) -editado en vinilo por Safety Pin en nuestro país-. «Fue excitante recorrer los distintos países y conocer a gente con estilos de vida tan diferentes. Todo el mundo nos recibió con los brazos abiertos, pero tengo que decir que los fans españoles fueron los más apasionados. Aún oigo el rugir enfervorizado del público. ¡Ustedes aman realmente el rock and roll!».
Le comento que no pude asistir a su concierto de Barcelona, pero que escuché comentarios bastante contrapuestos respecto a su «puesta en escena». Con todo, hubo quien disfrutó con su fuerza animal sobre el escenario, su descarnada reivindicación del espíritu de Wendy O´Williams, Stiv Bators y Johnny Thunders… y, para qué negarlo, su capacidad para despelotarse a la primera de cambio.»En Estados Unidos son muy infantiles respecto a la desnudez; de hecho creo que voy a dejar de desnudarme por aquí, porque la gente nos encasilla en un rollo que no es el nuestro».
Esto último fue la arma esgrimida por los más escépticos para criticarla, argumentando que con su striptease intentaba, sin éxito, disimular su incapacidad para defender una propuesta musical sin entidad propia. «La verdad es que empecé a quitarme la camiseta porque pasaba mucho calor durante los conciertos. Para que no me detuvieran, decidí taparme los pezones con cinta aislante. Todo esto no lo hacía para llamar la atención ni para poner cachondo al público. En Estados Unidos son muy infantiles respecto a la desnudez; de hecho creo que voy a dejar de desnudarme por aquí, porque la gente nos encasilla en un rollo que no es el nuestro. Nosotros tenemos buenas canciones para respaldar el show, creo que el talento es importante para diferenciar qué es real y qué no».
Más allá de polémicas estériles, la sinceridad y pasión con que responde mis preguntas demuestran que Texas Terri es una mujer que ama el rock y desea vivirlo intensamente. Nacida y criada en Austin (Texas), Terri tuvo claro a muy temprana edad que deseaba tener su propio grupo y por eso decidió formar The Other Guys, seminal banda punk-rock con la que logró hacerse un hueco en la escena local (de la que surgieron los irreverentes Butthole Surfers) gracias a su provocativa actitud frente al micro. Influenciada por artistas tan dispares como Iggy Pop, Marianne Faithfull, Patti Smith, James Brown o Michael Monroe, a mediados de los ochenta decidió proseguir con su enloquecida carrera musical en Los Ángeles, dónde se encontró de nuevo con su amigo de la infancia David Roach, líder de Junkyard, una de las mejores bandas de toda la hornada sleaze que sacudió la ciudad durante esa época.«Me gustaban Guns´N´Roses y Faster Pussycat, pero conecto más con bandas angelinas actuales como Street Walkin´ Cheetahs, B-Movie Rats, The Hangmen, Stitches, Flash Express, The Masons, The Leaving Trains, Bellrays, The Riverboat Gamblers y muchas otras con las que hemos tocado infinidad de veces y que están creando una escena realmente excitante… ¡Busca sus discos y cómpralos!».
Tras la reválida que supuso para Terri la grabación de su ansiado álbum de debut, «Suck It Up!» podría confirmarla como una de las presencias más destacables del panorama punk-rock actual. La colaboración con el prestigioso productor Jack Douglas será, sin duda, decisiva para superar el nivel de «Eat Shit» y dotar de más potencia y mejor acabado a sus nuevos temas. «Es muy extraño estar en una banda y tener a tanta gente analizando lo que hago y comparándome con otros todo el tiempo. Solamente pretendo ser yo misma. La música me ha proporcionado buenos y malos momentos; está en mi corazón, en mi sangre. Quizá haya quien piense lo contrario al verme desnuda en el escenario, pero creo que los auténticos amantes del rock no son tan superficiales. Ellos, como yo, no pueden vivir sin el rock y lo necesitan como una droga para lograr calmar sus almas».
Texto: Roger Estrada
Fotos: Dena Flows
Publicado en Mondosonoro (febrero 2001)