HEAVY TRASH. El rockabilly como antídoto de las modas

Matt Verta-Ray habla por los codos con la tour manager de Heavy Trash, mientras todos esperamos a que aparezca su compinche Jon Spencer. Como lleva todo el día quejándose de su garganta, tememos que no dé señales de vida hasta la hora del concierto. Genio y figura, no sería la primera vez. Él es la estrella que gira con su “nuevo grupo” por diversión. Matt, el secundario que está disfrutando de la atención mediática que se le negó en su día a Speedball Baby, grupo a la sombra de la Blues Explosion cuyos discos harían bien en recuperar tantos los seguidores de ésta como los que han caído rendidos a los encantos de Heavy Trash y Going Way Out With Heavy Trash (ambos vía Yep Roc – Discmedi). Sendas rodajas se revelan como notables ejercicios de estilo que disimulan con brío su condición de tal gracias al bagaje de sus dos artífices y que, en última instancia, han devuelto a la actividad en directo a un Jon Spencer que deambulaba como rutilante copia de sí mismo en la última visita de la Blues Explosion. Mientras Judah Bauer gira con Cat Power y Russell Simmins produce al grupo rockero infantil Tiny Music of Today, el contagioso en escena y apático ante la grabadora vive una segunda (o tercera) juventud rindiendo tributo a Charlie Feathers, Johnny Burnette o Hasil Adkins. Cual Lucky Luke posmoderno, al fin Jon aparece en escena, rostro pálido, hablar arrastrado. Se pide una infusión, se deja caer en la silla y me clava la mirada, lánguida, de reojo. Grabando…

Jon, el debut de Heavy Trash se interpretó como un divertimento ocasional a la espera del siguiente disco de la Blues Explosion. Pero aquí estamos, hablando de Going Way Out with Heavy Trash y sin noticias de una reunión con Judah y Russell. ¿A qué se debe?
Jon: Decidí montar Heavy Trash con Matt porque necesitaba un descanso de la Blues Explosion, quería algo nuevo que me excitara o que me permitiera divertirme sin notar la presión sobre mis espaldas del grupo. Pero lo que en un principio nació como un divertimento fue creciendo gracias a la respuesta del público y a la dinámica de trabajo con Matt. Recuerdo los shows de la pasada gira en España y fue como volver a sentir el calor de la gente en las primeras visitas por aquí con la Blues Explosion. En cuanto al próximo disco con Judah y Russell, la verdad es que no hemos hablado aún al respecto. Los fans más ansiosos podrán saciar su sed con el nuevo recopilatorio que edita In The Red con grabaciones nuestras largamente descatalogadas. Para mí, ese disco es como un bonito recordatorio de la amistad que me une a Larry Hardy (jefe del sello ITR, ndr) y de cuánto ha hecho por ayudarme en todos mis proyectos, desde Pussy Galore a Heavy Trash, pasando por la Blues Explosion o Boss Hog.

¿Cómo valorais la evolución de un disco a otro?
Matt: Antes de entrar a grabar el nuevo disco pudimos trabajar las canciones en directo, con la banda. Fue un proceso de calentamiento que creo que le ha sentado muy bien al álbum; escuchándolo, puedo recordar las versiones primigenias de cada tema y notar cómo evolucionaron, maduraron a base de rodarlas encima del escenario. Con el primer disco, Jon y yo no pudimos someter las canciones que habíamos escrito a ese periodo previo, pero quizá eso es lo que le dio a ese disco un toque de frescura más inmediata, imperfecta si se quiere. El debut fue algo más casero e íntimo, un grabación más nuestra; el nuevo suena a banda de rock en directo y su sonido se beneficia de los grandes músicos que nos han acompañado en el estudio.

¿Cómo descubristeis vuestra pasión compartida por el rockabilly?
Matt: Mi madre tenía una colección de vinilos muy cool, con material de Sun Records, Johnny Cash y muchos discos de los 50. Cuando Blues Explosion y Speedball Baby giramos juntos, Jon y yo vimos que compartíamos una pasión similar por ese material antiguo, conversábamos a un nivel enfermizo de los músicos de sesión de tal disco o de la cara B de un single de Waylon Jennings (risas). La base para el nacimiento de Heavy Trash fue nuestro amor por el rockabilly, pero no nos lo planteamos como un proyecto de reformulación de un estilo, todo ha sido mucho más natural, de corazón, teniendo en mente el estilo sonoro que Sam Phillips quería para las grabaciones de Sun Records, pero con una apertura de miras que le diera la frescura con que siempre nos ha gustado a Jon y a mí interpretar el rock’n’roll. Creo que cuando decides que vas a formar un grupo, hagas el estilo de música que hagas, debes esforzarte por darle un toque personal y distintivo, algo que, modestamente, aporte algo nuevo o que, al menos, el oyente note que no te limitas a recrear algo del pasado.

Jon: En cualquier caso, me hace mucha gracia que ahora algún iluminado haya decidido que el rockabilly está de moda. Cualquier excusa es buena, y me da rabia que se nos use como excusa, para sacarse una nueva tendencia de la manga, algo nuevo para contentar a aquellos que sólo consumen lo que está de moda.

Precisamente, en «They Where Kings» rendís tributo a olvidados fajadores del underground yanqui como Gories, Cheater Slicks o Doo Rag, grupos que mantuvieron viva la llama del rock’n’roll de guitarras más crudo cuando no estaba nada de moda…
Jon: Me alegro que sigan grabando discos y tocando en directo. No quiero que se me malinterprete, pero dudo que nada de lo que hagan ahora pueda alcanzar la electricidad, la magia de mis primeras experiencias al escuchar su música. Supongo que es normal, hay quien pensará lo mismo de la Blues Explosion; pero por mucho que me reconforte ver que Mick sigue dando guerra con los Dirtbombs, es difícil que al escuchar su nuevo disco o verle en directo ahora, alcance el grado de excitación que supuso descubrir a los Gories. Eran forajidos en una época en que nadie prestaba atención a su lucha y vivirlos en directo era una experiencia única que te hacía sentir vivo, partícipe de algo a contracorriente.

En «You Can’t Win» se intuye cierta desazón ante el clima política que se vive en Estados Unidos…
Jon: Una parte de la canción viene de la frustración por el hecho de vivir en mi país, y en Nueva York en concreto. Hay días en que me siento desamparado, como perdido, incapaz de asumir la triste realidad de que Estados Unidos está gobernado por George W. Bush.

Matt: Lo que me gusta de la letra de Jon es que funciona a un doble nivel, o su “mensaje” puede aplicarse en dos líneas: no puedes ganar siendo una banda de rock’n’roll ni tampoco como ciudadano de EEUU. Pero no en un sentido victimista, sino de constatación de un panorama desalentador ante el que tocamos una canción para que la gente, como mínimo, reflexione al respecto.

Jon: Ok, ahora dirán que hacemos rockabilly protesta (leve sonrisa, ndr). Soy como un yoyo, me muevo entre la esperanza y el pesimismo. Hay quien dice que las cosas no cambiarán por mucho que entre otro presidente, pero personalmente eso me haría sentir mucho mejor.

Matt: La canción también va dirigida a aquellos que estén empezando con su grupo y piensen en su carrera en términos exclusivamente de su éxito comercial. Sí, vender discos, que la gente te adule y firmar por una multi parece el éxito a alcanzar, pero una vez estás allí arriba hay que saber cómo gestionar tu carrera. Jon ha sabido moverse entre tiburones, sorteando a jerifaltes de discográficas y a demás embaucadores que no dudarían en hundir a su banda si no respondiera a las expectativas del departamento de marketing. Ves a tantas bandas jóvenes tan preocupadas por salir en la tele y llenar estadios que uno se preguntan si todavía recuerdan por qué decidieron coger una guitarra cuando eran chavales. Si la respuesta era el éxito en lugar de la música, eso es algo ciertamente descorazonador.

¿Cómo recordáis la experiencia de grabar con Andre Williams? (Matt en Bait and Switch y Jon en Is the Black Godfather y el doce pulgadas  Lap Dance, n.d.r)
Jon: hace menos de un año grabamos una sesión con André que parece que va camino de convertirse en su álbum perdido, porque no tengo noticias sobre si se va a editar finalmente. Dallas Good, de los Sadies, fue quien nos animó a secundar a André en el proyecto, pero por aquél entonces estaba muy enfermo y pese a que fue una experiencia única, el estado de salud de Andre por aquél entonces era bastante precario.

Matt: Andre puede ser su peor enemigo. A veces estaba tan borracho que teníamos que ayudarle a subir al escenario para dar un concierto.

¿Y grabar con R.L. Burnside, con quien la Explosion colaboró en los discos Ass Pocket y Mr. Wizard?
Jon: Bueno él tampoco era un colegial, también bebía un montón. Pero había algo místico en él, irradiaba un halo misterioso que te transportaba a otra época en la que las cosas funcionaban de otra manera. Los bluesmen que recuperó el sello Fat Possum del olvido eran testimonios vivos de una época que, desgraciadamente, queda ya muy atrás.

Jon, el pasado año se reeditó el disco que grabaste en 2001 con Cody y Luther Dickinson de North Mississippi AllStars, bajo la tutela de su padre, el mítico productor Jim Dickinson; ¿cómo recuerdas la experiencia?
Jon: Fue algo muy especial. Había trabajado en algunas grabaciones de la Blues Explosion, pero siempre desde la distancia; le mandábamos las cintas y él le daba su toque mágico desde su estudio. Al ver cómo trabaja en directo, pude comprobar como capta ese instante mágico, como proyecta un estado mental, más que física a la grabación. Es algo digno de vivir.

Matt, en la revista siempre seguimos con interés la trayectoria de Speedball Baby; ¿cómo valoras lo vivido junto a Ron Ward y Ali Smith y qué hay de ese disco a medias que grabaste con ella bajo el nombre de The Oubliettes.
Fue una época inolvidable, muy intensa. Si lo comparo con Heavy Trash, las giras ahora son mucho más placenteras porque con Speedball Baby siempre estábamos al límite, al borde del colapso. Salíamos a muerte en unas condiciones muy duras y eso provocaba unas tensiones que estallaban de forma efectiva en escena pero dejaban secuelas entre bastidores. Sigo en contacto con Ron y Ali y considerando la gasolina que se quemó durante esa época es bastante increíble que sigamos siendo tan buenos amigos (risas). En cuanto al disco de The Oubliettes, parece que va camino de convertirse en otro disco perdido…

Jon: Es un disco excelente, te lo aseguro. Es una pena que nadie se haya animado a editarlo.

Texto: Roger Estrada
Publicado en Ruta 66 (Diciembre 2007)

www.heavytrash.net/

2 comentarios

    • Hey Marc, merci x deixar-te caure x aquí i pel teu comentari. El meu blog és més aviat
      una hemeroteca virtual per mi i els fans. Jsjaja. He intentat altres vegades fer un bloc clàssic, però só. Poc constant.
      Ja m’agradaria tenir a mi el feedback q rebs tu. Ah, el post de This is rock… M’encanta veure q rebs
      hate mail, com diria el César.

      T’agrego, of course.
      Abrasusss

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