AUDIOSLAVE. Mirando atrás con ira

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El morbo. ¿Rage Against The Machine con Chris Cornell? ¡Quiero oir eso!… ¿O no? El morbo, decíamos. Pongámonos nostálgicos ¿vale? En 1992 yo (quizá como tú) tenía 15 años y no sabía qué coño me pasaba. La adolescencia, vamos. Digan lo que digan, mi recuerdo de los 80 a nivel musical es una mierda bochornosa. ¿Replacements y Hüsker Dü? ¿En qué canal, colega? Acostumbrado a lidiar con cosas como Spandau Ballet, China Crisis o Inmaculate Fools, imagínate lo que significó para mí visualizar esas animadoras agitando sus pompas, ese viejo balanceándose apoyado en su fregona, ese público agitándose en las gradas, esa maldita camiseta andrajosa a rayas verdes y negras. Nirvana, «Smells like teen spirit». Sí, amigo lector, de ahí vengo. Esa fue la primera vez que un grupo del presente me hablaba, a mí, en un lenguaje que, más allá de diferencias idiomáticas, era capaz de sentir como propio; un estallido de angustia que sintonizaba con algo, ese nosequé, que yo, a pesar de los 10 años que me separaban de sus creadores, también sentía. Y luego estaba Dios. Porque también inolvidable es la estampa de Chris Cornell cabeza abajo en el clip de “Jesus Christ Pose”, single estrella de un Badmotorfinger que puso en órbita a Soundgarden. El estallido de ambos grupos me llegó con meses de retraso respecto a su alumbramiento en Estados Unidos. Pero la necesidad de saciar mi sed de rabia vinílica me puso en alerta; estaba preparado para atrapar a Rage Against The Machine… o eso creía yo.

El enigmático Kim Thayil dejó de ser el “guitarrista más grande del mundo” cuando un amigo me pinchó “Bombtrack” en el comedor de su casa. Papá y mamá no estaban. Al gato y a mí se nos erizaron los pelos cuando Zach de la Rocha (“¡qué nombre tan guay!”, pensé) empezó a escupir pus. ¿Eso era cantar? “Burn, burn, yes ya gonna burn”. El K.O. vino a continuación, con “Killing in the name”. Pelea de almohadas y patadón al gato. Juventud, divino tesoro. “Now you do what they told ya”… Y una mierda. Un tipo quemándose a lo bonzo, consignas anit-imperialistas, ataques frontales al corporativismo yanqui… Y yo mirando el retrato del Ché calzado con las Converse de los Lakers. ¿Incongruencias? ¿RATM grabando en Epic, subsidiaria de la todopoderosa Sony? La revolución debe ser televisada. ¡Ja! Yo descubrí que todo su mensaje era, por desgracia, pólvora mojada en una noche de juerga en el antiguo A saco barcelonés. Pincharon “Killing in the name” y cuando grité, para mis adentros, “Now you do what they told ya”, decubrí que toda la sala bramaba una misma consigna: “¡Que me chupes la polla!”. Ahora, diez años después, todo sigue más o menos igual. “Lo hice todo por el coño”, se enorgullece el bravucón Fred Durst en “Nookie”, himno generacional parido por Limp Bizkit. La Máquina ha vencido.

A NEW MORNING

La crítica nunca tragó a RATM. Poco importa cuando repasas su sólida discografía y recuerdas su incendiaria última gira. ¿Hicieron bien dejándolo? Creo que sí, que su sonido ya no daba más de sí y su mensaje había dejado de calar en la (nueva) juventud. Prefirieron morir de pie a vivir arrodillados. Por aquel entonces, octubre de 2000, Chris Cornell ya hacía tiempo que rodaba en solitario. Tras podar el jardín de piedra, la Voz del grunge reapareció con un Euphoria morning del que, tres años después, no se acuerda ni Dios (o sea ni él). Un buen disco, sin duda, con momentos incluso brillantes, pero también puro placebo para fans encegados. Como yo, que tragué y le adoré cual mesías en su correspondiente gira. ¿Debemos tragar, pues, a Audioslave? El morbo nos puede. Y hablar con Tom Morello también es puro morbo, pura incógnita. Dispara, que algo queda: ¿Cómo reaccionó Cornell cuando le ofreciste que se uniera a vosotros como cantante? “Chris fue muy claro al decirnos que no quería ser el cantante de RATM, que no quería cargar con la responsabilidad de disolver las dudas sobre si iba a rapear y a hacer proclamas políticas. Nosotros estuvimos de acuerdo poque éramos fans de Chris como letrista y cantante, y porque quisimos que el grupo evolucionara de forma orgánica hasta convertirse un ente propio. Sabíamos que era un gran cantante pero, sin embargo, desconocíamos si habría química entre nosotros. La primera vez que nos encontramos nos dijimos que el disco que grabáramos debería ser el mejor que jamás hubieramos hecho y para ello deberíamos vaciarnos al máximo.” Me pica la curiosidad. Antes de que RATM irrumpieran en escena, Soundgarden ya llevaban ocho años dando guerra desde el subsuelo de Seattle, metalizando las bases del grunge a través del caliente sello SST. ¿Les conocían Morello & Co? “Yo era un gran fan suyo; Louder than love fue uno de esos discos que, junto al trabajo de Jane’s Addiction y Living Colour, demostró que el rock duro puede, al mismo tiempo, ser inteligente y tener poder artístico y una credibilidad a nivel underground. En los inicios de RATM, su disco Badmotorfinger fue una gran influencia para nosotros.”

Diez años después de ese disco de cabecera, en el 2001, Tim Commenford, Chris Cornell, Tom Morello y Brad Wilk se encierran en un local secreto de Los Ángeles y empiezan a ensayar. Imagínate la escena, ¡por Dios! Una de las bandas más poderosas del planeta improvisando y la Voz cantando libremente, dejándose llevar por la música que fluía en el espacio. Estaban listos para entrar en el estudio y enebrar un disco a partir de las canciones, aún vírgenes, surgidas en el local de ensayo. En mayo, se vuelven a aislar del mundanal ruido en los Oceanway Studios de Los Ángeles, bajo la tutela de Rick Rubin. “Fueron unas sesiones muy productivas: tratábamos de sacar lo mejor de cada toma, elaborando los temas al milímetro; eramos conscientes de la expectación que despertaría el disco y trabajamos muy duro, codo a codo con Rick, para lograr un producto artístico a la altura de lo deseado.” El hombre de la barba de oro y las gafas de sol perennes articulando una de las colisiones sónicas más insólitas y excitantes de los últimos años; el productor más carismático e importante para el rock (y el rap) de los últimos 15 años; el tipo que “hizo” a Slayer, Beastie Boys, Red Hot Chilli Peppers, Run DMC y Danzig… ¿Cómo le debió sentar al bueno de Rick la filtración en Internet de las demos de los temas grabados en esas sesiones? Morello da su visión de la puñalada trapera: “Eso fue muy, muy frustrante, porque para mucha gente esa fue la primera impresión de Audioslave. Nosotros nos tomamos muy en serio lo que hacemos y queremos que la música le llegue a la gente como nosotros queremos, con el acabado definitivo y no en un primer borrador que desdibuje nuestra personalidad como músicos. Y las demos que aparecieron en esa web italiana eran tomas muy toscas de canciones grabadas hace dos veranos que no tenían nada que ver con las versiones finales que aparecen en el disco. Por suerte, ahora la gente puede escuchar la verdad. Pero es muy importante para Audioslave que al final del día, ya compres, robes o te bajes de la Red nuestro disco te asegures que sea la grabación correcta.”

ÚNETE Y VENCERÁS

Noviembre de 2002: el disco de Audioslave llega a las tiendas. ¿Y bien? Buffff. Cuando escuché “Cochise” por primera vez, flipé: la rabia rugiendo con su fiereza subsónica y de pronto, ¡sorpresa!, ese maldito chorro de garganta que dormitaba en mis (húmedos) recuerdos despertando con el mismo ímpetu que antaño. Algo similar ocurre con “Show me how to live”: la perfecta fusión entre la técnica calma / tensión de RATM y la acojonante ductilidad vocal de Cornell. Con “Gasoline”, sin embargo, algo no funciona. Eso, a pesar de las ráfagas marcianas de Morello, lo hacen mejor Filter. El Cornell más melódico y apasionado se abre camino entre los estallidos de “What you are” y “Like a stone”, un tema demasiado convencional para lo que se le suponía a Audioslave. La fuerza bruta del panther comandado por Morello, Wilk y Commenford y el lirismo de Cornell (los residuos de Euphoria morning) luchan para mantener el equilibrio en un disco que, sin lugar a dudas, precisa de muchas escuchas para que el oyente se desprenda de los fantasmas del pasado y afronte esta apuesta de futuro con garantías de éxito. Por cierto, ¿dónde quedaron las consignas izquierdistas, Tom? “Hay elementos políticos en algunas canciones, pero creo que uno de los motores que mueven artísticamente al grupo es la visión apasionada y existencial del mundo que tiene Chris; combinada con la fuerza misma de la música. Aunque en Audioslave la política no juegue el mismo papel que en RATM, eso no quiere decir que yo, como individuo, deje de luchar por la justícia social y por eso he creado una organización política sin ánimo de lucro junto a Serj, de System of a Down, llamada Axis of Justice. Con ella pretendemos unir a fans, músicos y activistas para luchar por un cambio político-social en nuestro país.”

Tener a un personaje como Tom Morello a tu disposición y no pedirle su visión de la actualidad norteamericana, sería de idiotas. Bush con poder total, francotidaroes reabriendo el debate de la tenencia de armas, 15 meses de trauma post 11 de setiembre… En la página web de Axis for Justice se recomienda el visionado del polémico y galardonado documental de Michael Moore, “Bowling for Columbine”, una inteligente sátira en la que, a partir del triple asesinato que dos estudiantes cometieron en el instituto Columbine en el 2001, se analiza la adicción a las armas y la violencia tan propia de la cultura yanqui. “El documental es brillante y atrevido al explorar ese tema tan complicado. Los elementos de miedo y racismo que existen en América es una de las principales razones de porqué hay tantos asesinatos hoy en día. Tenemos una cultura que promueve la violencia; y no me refiero a los juegos de ordenador o las películas, que comparten muchos otros países. Es algo mucho más arraigado a nuestra esencia como país, y eso se ve reflejado en la mentalidad de nuestros líderes, que creen que la única manera de resolver los problemas es aplastando a su oponente, en lugar de establecer un discurso racional. El 11 de setiembre puso de relieve dos grandes preocupaciones en el corazón de los americanos. Por un lado, esos ataques sirvieron para que los ciudadanos se tomaran tiempo para escucharse los unos a los otros, para hablar con el vecino en lugar de cerrar sus ventanas ante un problema que, esta vez, ya no les era ajeno. Afloró un gran sentimiento de compasión y empatía entre los americanos; un vínculo fraternal que nos llevó a ayudar a todos los inocentes afectados por esa violencia fanática. Por otro lado, sin embargo, existe una maquinaria propagandística aquí que no quiere traducir esos sentimientos de simpatía hacia los civiles muertos más allá de nuestras fronteras. El deseo de sangre y venganza ha sido instigado por nuestro presidente quien quiere seguir cometiendo crímenes de guerra horribles, primero en Afganistán y ahora en Irak. Creo que hay un control gubernamental muy fuerte sobre los medios de comunicación que hace que ese maravilloso espíritu nacido de las cenizas del World Trade Center no sea oído en las notícias. La gente no quiere que se maten a hombres, mujeres y niños en su nombre. Eso es algo atroz y vergonzoso.” Materia girs lo llaman. ¿Te suena, Fred?…

Aún tuvimos tiempo para hablar de Aerosmith (“Cuando era un chaval, su disco Rocks cambió mi vida”), Eminem (“No estoy de acuerdo con las letras sexistas, misóginas o homofóbicas”), Mumia abu-Jamal (“Esperamos que se haga justícia algun día y sea liberado”), “Los Osbournes” (“Debo confesar que me divierte el show de Ozzy”), los reality shows (“son muy seductivos para alejar a a gente de los problemas que realmente importan, funcionan como un opio para el pueblo”) y los momentos de máxima presión en RATM (“a veces era muy frustrante no poder generar toda la música que queríamos porque nos exigíamos demasiado como músicos”). Por cierto, y ya para terminar, ¿por qué dejó Chris la banda durante unas semanas? “Nunca dejamos de ser amigos ni de creer en la música que hacíamos. Tuvo mucho que ver con fuerzas externas; temas burocráticos: él tenía su mánager, nosotros el nuestro; y se odiaban, no podían trabajar bien juntos. Se creó un drama innecesario que nos hizo gastar más energía y tiempo tratando de controlar a los mánagers, que concentrándonos en la música. Tan pronto como él abandonó el grupo; hablamos telefónicamente y nos dimos cuenta lo mucho que significábamos los unos para los otros como amigos y como miembros de la banda. Nos reunimos, despedimos a los mánagers y desde entonces seguimos avanzando.” Que no se detengan, y a ver si se dejan caer por aquí. El morbo, en directo.

www.audioslave.com/

Texto: Roger Estrada
Publicado en Mondosonoro (2002)

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