Un rostro, una voz. Un narrador: imagen y sonido. Billy Bob Thornton tiene la palabra. En la gran pantalla, con «El hombre que nunca estuvo allí» (Joel Coen, 02), y a través de su primer disco, «Private Radio» (Lost Highway / Universal, 02). Sendas muestras del caudaloso talento de un hombre de hablar sosegado y afectuoso que se sabe afortunado al poder vivir de lo que le gusta.
Y así suena «Private radio»: honesto y acogedor. Un trabajo largamente soñado por Thornton, planeado con cariño durante varios años, en las semanas libres entre rodajes, preestrenos y lecturas de guiones. La pasión por la música le viene de lejos al nuevo anti-héroe de los hermanos Coen. En sus años mozos (nació en 1955), Billy Bob tocaba la batería en Nothin’ Doin’, banda de amigos fuertemente influída por la British Invasion de grupos como Dave Clarke Five, Kinks o Beatles. Ese combo de amigos empezó a introducir en sus directos versiones de ZZ Top y un productor les propuso reconvertirse en Tres Hombres y girar como banda tributo de los barbudos Gibson. Recorrieron Estados Unidos teloneando a artistas de enorme popularidad como Humble Pie, Black Oak Arkansas o Ted Nugent pero, a principios de los 80, Billy Bob decidió concentrarse en su pasión por el cine y se curró a fondo infinidad de cástings en series de TV. Veinte años más tarde, con una respetada carrera cinematográfica a sus espaldas, su voz encuentra, al fin, alguien que la escuche. «Amo y respeto tanto la música que me siento tremendamente feliz al haber podido grabar mi propio álbum. Es un disco sincero, nacido en mi corazón. Sé que no venderá mucho, pero ha sido todo un honor que un sello de la calidad y la experiencia de Lost Highway me haya respaldado. En Nashville me apoyaron mucho al oír mis demos y Lost Highway puso todo su empeño en respetar mi estilo y tratarme como un cantautor, no como una estrella de cine. En «Private radio» he contado con la ayuda de mi buen amigo Marty Stuart, que compuso la banda sonora de mi película Todos los caballos hermosos y cuya contribución a este disco ha sido esencial. Ahora ya estoy trabajando en mi segundo disco y espero ir sacando uno nuevo cada año. Hay tantas canciones aguardando ser grabadas.» La lista de actores que se lanzan a la aventura discográfica es larga y abundante en naderías (de Eddie Murphy a David Hasselhoff); antecedentes que pusieron en alerta a los críticos ante la osadía del incorregible Billy Bob al abordar un género en principio tan intocable como el country. «He de reconocer que tenía un poco de miedo antes de grabar el disco, pero la prensa y los compañeros lo han recibido con tanto cariño que me siento aliviado y agradecido a la vez. Gente como Sam Phillips, Earl Scruggs, Tom Petty o Robbie Robertson han tenido bonitas palabras para el disco y eso es un honor y un aliento a seguir trabajando. Me siento orgulloso de poder decir que soy amigo de Willie Nelson y Johnny Cash. Son héroes para mí. Hablé con Johnny hace unas semanas y estaba muy animado con el nuevo disco que está grabando.»
Sin duda, el viejo Johnny habrá bendecido Private radio, un debut sobrecogedor en su modesta grandeza. Pocas veces un «artista nuevo» plantea su discurso con tamaña seguridad; es éste el trabajo de autor con experiencia que supera el miedo escénico rodeado de un equipo de primera y con un buen puñado de canciones férreas y personales. Thornton ha grabado el disco en el estudio que tiene en su casa, construído por su primer inquilino, el entrañable Slash de Guns’N’Roses. Allí vive con su mujer, la espectacular Tomb Raider de carne y hueso, Angelina Jolie. «Ella es mi amiga y me ha inspirado a escribir el tema que lleva su nombre, que habla de cómo nos conocimos y la atracción que sentimos en ese instante, y «Your blue shadow», que trata de las trabas que encontró nuestro amor, de cómo no podíamos estar juntos. Hay otras canciones más personales, sobre una época oscura de mi vida, como «Dark and mad» o «Private radio». Hubo un tiempo en el que sentía que no quería vivir y ahora que he dejado atrás ese sentimiento soy capaz de hablar de él sin miedo, con la serenidad que da el paso de los años y la certeza que estas canciones me han servido de catarsis para aliviar aquel tormento. Hay experiencias que marcan una vida, como cuando yo era un crío y asesinaron a Kennedy. Es como ahora, tras el 11 de septiembre. Espero que esta tragedia sirva para que América preste más atención a lo que ocurre en el mundo. Amo a mi país pero tenemos que comprender que no estamos solos y que debemos ayudar a la gente que sufre igual o más que nosotros.»
Bob me habla con total franqueza desde Montreal, donde está rodando una nueva película con la que olvidar sus decepciones como realizador y mantener el respeto que le propensa la profesión por sus esforzadas interpretaciones («Un paso en falso», «Sling Blade», «Un plan sencillo», «Giro al infierno»…). Antes de recordar sus últimos y laureados trabajos, un realizador manchego se cuela en la conversación. «Tengo un amigo en España, Pedro Almodóvar. Le conocí a través de Penélope Cruz. Es un hombre divertidísimo, cuando nos encontramos sé que no tengo que decir nada, sólo sentarme y dejar que él me entretenga. Es como mirar la televisión. Fue maravilloso trabajar con Penélope en Todos los caballos hermosos, un rodaje inolvidable. Mis desavenencias con el estudio afectaron al montaje final de la película y tanto la prensa como el público vieron algo que no tenía nada que ver con mi obra. Por suerte, hay experiencias gratificantes como trabajar en Monster’s ball y El hombre que nunca estuve allí. Estoy tan orgulloso de haber podido estar al lado de Joel y Ethan, son un torrente creativo inagotable y muy afectuosos y divertidos en el plató. Me llamaron para saber si quería participar en el proyecto y les dije que sí sin pensármelo, sin haber leído el guión. Admiro su cine y ha sido un honor colaborar en un filme tan extraordinario como ese.» La charla prosiguió largo rato y Billy Bob me habló con cariño de Jayhawks y Vic Chesnutt; confesó estar enganchado a los nuevos discos de Jewel y Shelby Lynne; prefirió no recordar el rodaje de Giro al infierno; mostró su asco por el mundillo de Hollywood; y se lamentó del escaso interés de los promotores españoles para traerlo a tocar. Bendito país. Bendito Billy Bob.
http://www.billybobthornton.net/
Texto: Roger Estrada
Publicado en Mondosonoro (2002)