MY MORNING JACKET. Cuando el ojo sintoniza

La imagen que ilustra la portada de Circuital corresponde a un antiguo dispositivo electrónico conocido como Magic Tube Eye. Implantado en los aparatos de radio estadounidenses a mediados de 1930, este “ojo mágico” le servía al radioyente para sintonizar correctamente en su recorrido por el dial. A mayor intensidad lumínica irradiada por el MTE, mejor se oiría la emisora seleccionada. Y es que los ojos, los nuestros, también juegan un papel fundamental a la hora de sintonizar la grandeza de My Morning Jacket. Es una de esas bandas que alcanza su cénit creativo cuando reelabora en directo lo trabajado en estudio. Es una de esas bandas que a través de la puesta en escena de su cancionero es capaz no solo de captar a nuevos fieles sino de convertir en devotos a aquellos que eran escépticos ante sus discos. Mi primera experiencia visual con lo que los de Jim James eran capaces de hacer sobre un escenario no fue, sin embargo, en directo. Fue en YouTube, esa inmensa ventana virutal con la que los ojos de medio planeta sintonizan en búsqueda de nuevos impactos visuales. En mi caso fue un clip de su actuación en el show televisivo Late Night with Conan O’Brien. Play…

Tras la rutinaria presentación del simpático pelirrojo, la cámara nos ofrece un plano general picado del escenario, donde los cinco de Louisville están a punto de atacar un tema. Al arrancar los primeros acordes de «One Big Holiday», la cámara desciende hasta situarse al lado de un James que, con la melena cubriéndole el rostro, se encomienda a su guitarra Flying V para disparar el envolvente punteo inicial del tema. A partir de ahí, mi ojo no puede, no quiere parpadear. Patrick Hallahan aporrea la batería como un animal; Carl Broemmel riffea sacudiendo la cabeza y clavando la mirada en su púa; Two-Tone Tommy, otro melenas, agita vacilón su bajo; y, sentado en un taburete pero no por ello más comedido, Bo Koster le da al teclado con ímpetu. Y es entonces cuando irrumpe esa voz. Como si fuera un géiser surgiendo desde las entrañas de Kamchatka o un lobo marino aullándole a la luna desde las Galápagos, el melenudo de Louisville abre un cráter en medio del escenario para soltar su iridiscente lava: “Wakin up feelin good and limber / When the telephone it ring”… Y lo que sigue es difícil de describir sin abusar de hipérboles que contaminen la grandeza de lo acontecido en ese plató. Buscadlo y contadme, por favor.

La cuestión es que aquel vídeo, repetido hasta la saciedad en mi fanático ordenador, quedó borrado de un plumazo cuando tuve la oportunidad de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos a MMJ interpretando «One Big Holiday» en directo. Fue el 2 de septiembre de 2006 en el Azkena Rock Festival. Poder verles por primera vez en directo y en ese instante crucial de su trayectoria –presentaban Z– es algo que agradeceré eternamente a los organizadores del festival. Dejarme envolver por la magia de sus canciones más hipnóticas, ensoñadoras y lanzarme al epicentro de sus canciones más fieras, torrenciales, todo ello bajo el cielo estrellado de Vitoria, es algo que no olvidaré jamás. Lo llevo grabado a fuego en las retinas y en el corazón.

Texto: Roger Estrada
Publicado en Ruta 66

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