REIGNING SOUND. Memphis skyline

Sé acabó, fin de la historia. Reigning Sound se separan y aquí parece que no pasa nada. Ya pueden decir por ahí que el riff ha vuelto y que el garaje es lo más, la puta realidad es que el rock sigue sin importarle a nadie, más allá de los dos o tres grupos en boca de todos. Algo similar ocurría en tiempos de los Oblivians, pero entonces las revistas de tendencias perdían el culo por la electrónica y su pasotismo no molestaba tanto como ahora que les vemos husmear por Detroit sin saber quien es Mick Collins. Sí, pataleo por enésima vez porque me parece inconcebible que un artista de la talla de Greg Cartwight siga siendo objeto de culto para unos cuantos, querido con fervor por fanzines y e-zines, pero apenas citado en publicaciones del (supuesto) rigor de Uncut o Mojo.

En Ruta 66 siempre se ha seguido con especial atención todo lo bueno que Cartwright ha ido editando a lo largo de los años, y el disco del mes que le otorgamos a raíz del “Too much Guitar” de Reigning Sound es el último ejemplo de ello. Mientras escribo esto suspiro porque alguna promotora se anime a traerles de gira, pero prefiero mirar de reojo el billete de avión que me conducirá a Heythuysen (Holanda) para verles en una de las siete únicas fechas en principio anunciadas como mini-gira europea. Será una bonita despedida, seguro. Reigning Sound en formato trío, directo al mentón y al corazón: rock’n’roll en estado puro. Se va una de las mejores formaciones que ha dado América en los últimos años, pero sigue al pie del cañón un compositor que no encaja en la época que le ha tocado vivir, marcado a fuego por una manera única de mamar el rock y transmitirlo a sus congéneres: Greg Cartwright, un talento poliédrico forjado en Memphis, Tennessee.

¿Por qué os separáis?
Primero Alex Greene me informó que no podía continuar con nosotros por motivos personales, lo que fue un tremendo e inesperado varapalo porque órgano era una pieza esencial de nuestro sonido y , por descontado, porque se rompía una relación de trabajo que nos había convertido en amigos. Al cabo de poco, además, mi mujer recibió una oferta de trabajo fuera del estado y fue entonces cuando ya vi claro que el futuro de Reigning Sound pendía de un hilo. Y así ha sido: haremos una mini-gira por Holanda y unas pocas fechas en Estados Unidos y se acabó.

¿Cómo te sientes cuando los fans te piden por favor que no lo dejéis?
Si no fuera por ellos no estaríamos dando estos últimos shows, te lo aseguro. La gente que compra nuestros discos, que acude a nuestros conciertos, que nos escribe para decirnos cuanto les gusta lo que hacemos son la razón por la que sigo, y seguiré, haciendo discos. El hecho de que lo que hago conecte con la gente me empuja a esforzarme cada día un poco más para hacer mejor música para ellos. En Europa, por ejemplo, parece que los seguidores del r’n’r entienden y aprecian mejor lo que yo hago que en EEUU. Guardo un gran recuerdo de España, ¡allí fue donde conocí a mi mujer!

¿Por qué decidiste realizar una nueva sesión de grabación con Alicja y Jay de Lost Sounds?
Acabábamos de grabar todo el disco en los Easley-McCain Studios con Alex cuando nos dijo que lo dejaba. Sabía que sin él en el grupo no me vería con ánimos de editarlo como estaba, porque sonamos completamente diferentes en formato trío, así que llamé a Jay y Alicja para que se trajeran su equipo a mi tienda para que pudiéramos grabar algunos temas allí. Funcionó de maravilla, todo listo en dos días. Quería conseguir la crudeza de nuestro directo y sabía que ellos eran los únicos que podían ayudarme a conseguirlo. Nuestras bandas transitan por caminos totalmente opuestos y eso es lo que me gusta de trabajar con ellos, y lo que me atrapa de su música.

Encuentro en Heythusen, Holanda. 2004.

Hace unos meses fuiste padre por tercera vez. ¿Cómo llevas lo de la paternidad?
Ser padre es una de las mejores cosas que te puede pasar en la vida. Cuando eres joven te crees que lo sabes todo, entonces ¡WOW!, tienes un hijo y tus ojos se abren a un montón de cosas nuevas. Es un poco aterrador al principio y conlleva trabajo duro, pero también es la experiencia que más va a llenarte espiritualmente de tu vida. Puedes pasarte el día maldiciendo lo jodida que es la gente, pero cuando ves a tu hijo nacer sabes que tienes la oportunidad de educarlo para que sea una buena y así contribuir a que el mundo sea algo mejor. Sin embargo, no es algo para todas las personas, las hay que saben que no serían capaces de sacar adelante un niño y eso es algo que yo respeto.

Tu progresión como compositor es sobrecogedora, ahora afrontas con igual maestría una balada pop que un disparo a bocajarro punk. ¿Qué sientes al repasar tu trayectoria y cómo lográis fundir los distintos vértices de vuestro sonido en directo?
Ahora sé que puedo moverme sin nervios en un amplio espectro estilístico. Durante un tiempo evité los sonido más abrasivos por miedo a encasillarme, pero cuando he visto que me sentía cómodo con mi habilidad para abordar rock y pop, temas duros y baladas, me ha gustado la idea de retomar algo de la agresividad de mis primeros años. En directo, hay canciones que encajan extrañamente bien las unas con las otras, aunque las hay que no podemos incluirlas en el set-list porque sin el órgano de Alex pierden su razón de ser.

Produjiste dos de mis discos favoritos de 2003, “2 Over Ten” de The Cuts y “Vent” de The Horrors. ¿Qué te atrajo de ellos?
Fue verles en directo y querer trabajar con ellos, un flechazo instantáneo. “Vent” supuso el segundo disco de Horrors para In The Red, pero cuando conocí a The Cuts andaban vagando sin sello ni agente. Fue un subidón tremendo, supe en ese instante que debía grabar con ellos lo antes posible: ¡eran fantásticos!

¿Por qué te desvinculaste de Deadly Snakes?
Les produje el primer disco y me invitaron a unirme al grupo para el segundo, pero después de la grabación me sentía un poco ajeno a todo aquello; adoro a los chicos y trabajar con ellos fue estimulante, pero esa no era mi banda. Por cierto, adoro el disco en solitario de André Either – el líder de Deadly Snakes acaba de sacar un disco en Sonyc Union, n.d.r.-

¿Sigues en contacto con Eric y Jack? ¿Qué recuerdas de la época Oblivians?
Todo es como muy borroso, pero en el fondo de mi subsconsciente sé que nos lo pasamos en grande. Hablo con ellos constantemente; es más, de hecho creo que Jack tocará la batería durante las fechas que hagamos en Europa.

Por cierto, ¿has oído la nueva banda de Crypt, Little Killers?
Tim Warren es un ladrón que jamás nos ha pagado lo que nos corresponde por lo que grabamos los Oblivians. Los Little Killers son una banda increíble y espero que no firmen ningún contrato con ese capullo. –se recomienda visitar el foro de www.goner-records.com, la tienda de Eric Oblivian, para ver el cruce de acusaciones entre éste y el capo de Crypt, n.d.r.

«Time Bomb Highschool», uno de mis discos favoritos de SIEMPRE.

¿Cómo recibieron los fans de Oblivians “Head Shop”, el disco que grabaste tras finiquitar el grupo?
En ese momento tenía de hacer algo totalmente distinto, algo que se alejara de lo que se suponía que debía hacer el resto de mis días. Es un disco pop, con toques folk y country, en la línea de “Break Up, Break Down”, el primero de Reigning Sound. Jack y mi mujer me echaron una mano. Lo cierto es que, secretamente, tenía ganas de alienar a los seguidores de los Oblivians. No sé, supongo que era una época algo extraña para mí y ese disco fue el divertimento, la válvula de escape que necesitaba. La química con Jack seguía ahí y nos preguntamos por qué nos reunirnos de nuevo con Rod Thomas para sacar “Bluff City” como The Compulsive Gamblers. El año pasado sacamos un directo con un par de grabaciones hechas en sendos shows en Chicago y Detroit, con Jack y yo respaldados por Reigning Sound al completo.

¿Cómo fue trabajar de cerca con Jeffrey Evans? ¿Has oído el disco de South Filthy?
Toqué la batería para ’68 Comeback durante su primera gira por EEUU, apenas dos meses. Jeff era un icono para mí, una referencia a nivel musical pero también en cuanto a su actitud vital; es uno de los mayores y más infravalorados genios de nuestro tiempo. Todos deberíais enmendar esta injusticia saliendo ahora mismo a por una copia del recopilatorio “I’ve Lived a Rich Life” que editó SFTRI. Os volará la cabeza. ¡El disco de South Filthy es genial! Cuando se juntan Evans, Walter Daniels, Mike Mariconda y mi “hermano” Jack pueden pasar cosas como esta colección de puro blues-rock. “Spider blues” es un temazo.

¿No te cabrea constatar que los discos de Reigning Sound pasan sin pena ni gloria por delante de los ojos de la misma prensa que no deja de encumbrar a grupetes sin sustancia?
Las revistas de mayor difusión sólo le prestan una atención momentánea a grupos como el nuestro porque los grandes sellos han invertido mucho dinero para que el rollo garajero se convierta en “the next big thing”. Sinceramente, creo que esto debería cabrearte a alguien como tú, que estás en esto del periodismo musical por amor a la música. Sin revistas como Ruta 66 este tipo de música no tendría voz alguna en el panorama de la prensa escrita.

Pelle Almqvist citó “Time Bomb Highschool” como su disco favorito de 2002 en una entrevista para Rolling Stone. ¿Cómo te sentiste cuando os invitó de gira?
Fue sorprendente, la verdad. Tocar esos conciertos ante sus fans fue algo excitante, la gente nos recibió con respeto y muchos nos descubrieron en esos shows, con lo que fue una excelente oportunidad para dar a conocer nuestra música. Y los Hives son una banda increíble en directo.

¿Cómo es grabar en los estudios de Easley-McCain y editar con el respaldo de In The Red?
Doug Easley es, en mi opinión, uno de los mejores ingenieros de sonido que hay en la actualidad, su estudio es uno de los últimos de su especie, una suerte de reliquia que funciona a las mil maravillas. En cuanto a Larry… qué voy a contarte, es único, tiene entusiasmo, cree en las bandas que edita y posee uno de los mejores catálogos del país. Nos fuimos con él tras grabar “Break Up, Break Down” porque él se moría de ganas de promocionarnos y en SFTRI no le dedican mucha atención a eso.

¿Qué disco y qué directo recuerdas como los primeros que te impactaron?
Mi padre tenía una colección de vinilos estupenda y me pasaba horas y horas fisgando en ella. Era un placer privado, casi secreto, porque mis compañeros en la escuela no parecían muy interesados en oír mis opiniones acerca del “Nilsson Schmillson”. Ellos se lo perdieron, supongo. En directo, Chuck Berry y un doble cartel Circle Jerks – JFA en el club Antena, de 1985 ambos.

¿Cómo eliges las versiones que sueles grabar con Reigning Sound?
Llevo muchos años coleccionando discos. A veces oigo algo que me atrapa de nuevo como la primera vez y decido probar con ello, puede que funcione o puede que no… el truco está en saber cuando no funciona, por mucho que quieras esa canción.

Reencuentro en el Primavera Sound 2009.

MEMPHIS SOL TODAY!

He aquí un breve apunte acerca de algunos de los artistas y grupos que más duro trabajan para mantener viva la llama del rock’n’roll en la ciudad de Memphis.

Jack Yarber
El compañero de Cartwright en Compulsive Gamblers y Oblivians es uno de los miembros más activos de la comunidad, al estar presente en un sinfín de proyectos que encadena sin descanso. Además de sus dos trabajos en solitario, “American Slang” (97) y “So Low” (98), en 2001 sacó “Bad Moon Raising” como líder de The Tearjerkers, y al año siguiente grabó “Cleaned A Lot Of Plates In Memphis”  como miembro de The Cool Jerks y “You Can Name It Yo’ Mammy If You Wanna …” en compañía de los veteranos Jeffrey Evans y Walter Daniels y bajo el nombre de South Filthy, trabajos todos ellos editados por Sympathy For The Record Industry.¿Su último proyecto? The Limes, junto a Nick Diablo, líder de Viva L’American Death Ray Music. www.myspace.com/officialjackoblivian

The Lost Sounds
Jay Lindsey y Alicja Trout son el presente y el futuro de la ciudad, dos jóvenes inquietos e hiperactivos que se han convertido en verdaderos mitos locales para toda una generación de aficionados al rock. Entre sus múltiples proyectos conjuntos o por separado (Bad Times, Reatards, The Fitts, Final Solutions, Destruction Unit…) destaca The Lost Sounds, una abrumadora propuesta de punk gótico, de corte melódico, actitud dañina y querencia por los teclados new-wave. A la espera de su nuevo disco en In The Red, pégale una escucha a “Memphis is Dead” (00, Big Neck), “Black Wave” (01, Empty) y “Rat Brains & Microchips” (02, Empty). www.lostsounds.net

Viva L’American Death Ray Music
Nick Diablo es un personaje inquietante, un maldito dentro de la escena local. Su trayectoria ya fue repasada a raíz del doble disco del mes que en el Ruta 198 ocuparon sus dos últimos trabajos al frente de VADRM, “Smash Radio Hits” y “A New Commotion A Delicate Tension”, ambos en Misprint Records. Sólo cabe insistir aquí una vez más en el hecho de que se trata de una formación que puede atraer a paladares aficionados a gustos de variada índole, pues su música aúna con fulgurante ímpetu y atractivo savoir faire elementos de Roxy Music, Velvet Underground, Stooges, Modern Lovers, Television, X o los mismos Oblivians. A finales de año los tendremos de gira por España, perdértelos sería el peor error que podrías cometer. www.myspace.com/vivalamericandeathraymusic

North Mississippi AllStars
Luther y Cody Dickinson, hijos del mítico productor Jim Dickinson, dirigen una de las formaciones de rock de raíces más potentes de EEUU, reavivando el blues de leyendas de Tennessee como R.L. Burnside o Fred McDowell, a base de sacudidas de potente rock heredado de Led Zeppelin o Little Feat y envolvente groove con aroma a Allman Brothers. Han editado tres discos, cada vez más sólidos y con mayor querencia por la melodía pop:  “Shake Hands With Shorty” (00, Tone-Cool ), “51 Phantom” (01, Tone Cool” y “Polaris” (03, Ato). www.nmallstars.com

Lucero
Esta banda colmará de gozo a los seguidores del rollo americana, en especial el trazado que une a Replacements con Whiskeytown, a Gram Parsons con Uncle Tupelo, a Dylan con Springsteen. Ya han grabado tres discos, “Lucero” (01, Madjack), “Tennessee” (02, Madjack) y “That Much Further West” (03, Tiger Style), a cual más sobrecogedor, descorazonadoras muestras de visceralidad rock y sensibilidad country. Siguen a la espera de que el aficionado español fije su atención en ellos y les reciba con el mismo entusiasmo que ha demostrado con gente como Jayhawks, Cracker o Steve Earle. www.luceromusic.com

Tyler Keith
Puro rock’n’roll. Como guitarrista de los Neckbones, Keith firmó dos macanudos artefactos de rock grasiento y lascivo, “Souls On Fire” (97) y “The Lights Are Getting Dim” (99), ambos para Fat Possum. Tras finiquitar el grupo, le reencontramos al frente de Tyler Keith & The Preachers’ Kids, cuyo primer álbum, “Romeo Hood” (01, Black Dog), es una de las grabaciones más festivas y contagiosas alumbradas en Memphis en muchos años. Con una nueva line-up, graba para Get Hip “Wild Emotions”, un disco inferior a su debut pero con varios trallazos de garage-rock de raíces 50’s. www.myspace.com/thepreacherskids

Cory Brannan
Uno de los mejores discos de debut editado en los últimos años, “The Hell You Say” (01, Madjack), presentaba en sociedad a un artista dotado de una envidiable capacidad para crear melodías de esas que anudad la garganta y erizan el bello, dianas de rock de raíces entre melancólico y sombrío que le sitúan como una de los singer-songwriters más prometedores de su generación. Suyo es el disco que habría grabado Ryan Adams de haber seguido la estela de “Heartbreaker”. corybranan.com

Texto: Roger Estrada
Publicado en Ruta 66 (julio / agosto 2004)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s