¿Qué es ROCK? Eterno enigma. Frente a mí descansan «Rock Action» (Mogwai), «Lateralus» (Tool) y «Field Songs» (Mark Lanegan). ¿Qué es ROCK? Repaso otras adquisiciones recientes: «Lions» (Black Crowes), «Let It Blast» (The Bellrays) y «Ease Down The Road» (Bonnie «Prince» Billy). ¿Qué es ROCK? Recuerdo los conciertos de At The Drive-In, Sigur Rós o Gluecifer. ¿Qué da sentido al ROCK? La vida. ¿Quién puede abrazarlo en toda su amplitud y categorizarlo en melífluas etiquetas? Nadie. Porque la vida es ROCK y los que anhelamos vivir la existencia en todas sus recónditas posibilidades no creemos en las barreras, ni en las modas, ni en los sectarismos. ¿Qué es pasado y qué futuro? El ahora. Verano del 2001: Led Zeppelin, Cheap Trick y Warren Zevon se broncean en mi CD junto a Ron Sexsmith, Amen y The Mooney Suzuki.
Y tú te preguntas, ¿qué coño tiene que ver todo esto con Thee Michelle Gun Elephant? Nada y todo. Nada porque su «Casanova Snake» no pretende, como se dijo a raíz del último Godspeed You Black Emperor!, marcar «el fin de una era en la codificación del rock como vehículo de acercamiento a la vanguardia». Y todo porque responde de manera epatante a aquellos que creen que vivimos «el peor momento musical desde que en 1987 los Guns vinieron para salvarlo todo». El mayor logro de los japoneses es haber aparecido en el momento exacto para mitigar el desánimo de aquellos que contínuamente se están quejando del precario estado de salud del ROCK actual y, al mismo tiempo, apaciguar la euforia de quienes sólo viven para ensalzar a dudosos hypes de temporada como estandartes de un hipotético discurso venidero. ¿Cómo lo logran? Haciendo ROCK. Sin pretensiones revolucionarias ni trasnochada nostalgia.
Dan Hoerner (Sunny Day Real State) se lo decía bien claro a Joan S. Luna en una entrevista, a propósito de categorías y etiquetas: «Lo que a la gente le gusta es intentar entender algo, ponerle nombre a todo. Yo nunca lo llamo emo, para mí es solamente rock’n’roll.» Es así de simple. Yusuke Chiba, líder de TMGE, no se anda con rodeos y me suelta un elocuente «Rock’n’roll will never die!». Semejante grito de guerra, que a algunos seguramente ruboriza, cobra su verdadero significado cuando uno atiende a «Gear Blues», su anterior álbum, y descubre que tan desgastado tópico ha rejuvenecido de golpe 30 años sin perder un ápice de su feroz mensaje. Rock Action.
La Bestia nipona se empieza a gestar en 1988, cuando Chiba y el guitarrista Futoshi Abe deciden montar una banda con la que rendir tributo a sus héroes y remover la soñolienta escena rock de su ciudad, Tokyo. «Siempre me sentí atraído por el sonido, la estética y todo lo rodeaba al punk. Un amigo me pasó una cinta con temas de Johnny Thunders y aquello me empujó a empezar a escuchar a bandas como Stooges, Clash, Damned, Addicts… Nuestro nombre es un homenaje involuntario a los Damned, una derivación del título de su álbum Machine Gun Etiquette que se inventó el bajista original. El artículo Thee es un tributo a uno de nuestros mayores ídolos, Billy Chidlish. Adoramos a Thee Headcoats y a todas las bandas que lideró; es un hombre infatigable, no paraba de grabar, sacar discos y girar sin descanso, y por eso le respetamos. Escucha Beachs Bums Must Die y entenderás porque le veneramos. Pero el Hombre es Wilko Jonson, todavía alucino al recordar que tocamos con él en Japón. Fue emocionante compartir escenario con tamaña leyenda, Dr. Feelgood lo son todo para nosotros, nuestra principal influencia. No sé, hay tantos grupos que nos han marcado: Who, Sonics, Flamin’ Groovies, Blue Cheer, MC5, Standells…» No es hasta 1991 que TMGE se estabiliza como banda, con la entrada de Koji Ueno (bajo) y Kazuyuki Kuhara (batería), y se lanza al habitual periplo iniciático tocando en infinidad de locales para hacerse un nombre y ganar en experiencia y confianza. En el 95 graban el mini-LP «Wonder Style» para una indie japonesa y tras una sesión londinense con el ingeniero de sonido de Radiohead y Elastica, Chris Brown, fichan con Triad (subsidiaria de Nippon Columbia) y sacan al mercado «Cult Grass Stars», un segundo trabajo que causa verdadera conmoción en su país. Siguiendo el empuje vital de Chidlish editan los singles «Candy House» y «Lily», al tiempo que se meten en el estudio de nuevo para dar vida a «High Time», álbum que masterizan en Estados Unidos con Tom Baker, conocido por su trabajo con Beastie Boys.
Aprovechando su estancia en territorio yanki graban el vídeo en directo «Thee Michelle Gun Elephant Play Maximum Rockin’ Blues», título que remite directamente a sus admirados Who, de quienes también toman prestado el diseño de su «Live At Leeds» para la portada del vídeo. El High Time Tour se convierte en el fenómeno de la temporada 96-97, con todas las entradas para sus explosivos conciertos agotadas en pocos días. La Bestia arrasa. Inglaterra tiembla. TMGE viajan a Londres para grabar el maxi-single «Get Up Lucy» en el Toe Rag Studio, utilizado en más de una ocasión por Thee Headcoats. Un sueño hecho realidad. Dejan patidifusos a los británicos en una serie de shows que quedan inmortalizados en imágenes gracias a «World Stereo Lynch: Down Load Rockin’ Movie». ¿Empieza la conquista de Occidente? «En Japón hemos vendido más de medio millón de copias de nuestro último álbum, llenamos todos los recintos donde tocamos y los fans nos adoran. ¿Qué más podemos pedir? Tras muchos años de duro sacrificio estamos viviendo de lo que nos gusta, tocar rock’n’roll. Quizá lleguemos a tener éxito en Estados Unidos o quizá no. Ya veremos. Eso no me hará cambiar de opinión: somos los mejores. Desconozco la escena musical estadounidense, supongo que sería difícil para nosotros triunfar allí, pero eso no me preocupa en absoluto. Decidimos ir de gira a Estados Unidos para enseñarles nuestra música a todos los amantes del rock que hay en ese país. Nada más. No creo que el idioma sea un problema para ellos y si no es así no sabes qué poco me importa. Ahora mismo sólo pienso en nuestro sexto álbum, Rodeo Tandem Beat Spector, que está a punto de salir. Prepárate, amigo…»
La portada de «Chicken Zombies», tercer disco grabado a finales del 97, vuelve a demostrar la afición de TMGE por rendir tributo a sus maestros, en este caso los Blue Cheer del álbum «Vincebus Eruptum» (aunque la edición en vinilo reincide en su fijación Who al inspirarse en su «Odds and Sodds»). El World Chicken Zombies Tour vuelve a agasajar a las masas a lo largo de 52 fechas y les allana el terreno para enfrentarse a las 50.000 almas que, el verano del 98, abarrotan el Fuji Rock Festival de Tokyo. Completan el cartel Beck, Stereophonics, Garbaje, Prodigy, Primal Sream, entre muchos otros. «Sinceramente, no me afectó lo más mínimo estar en el mismo escenario que todas esas bandas, no significan nada para mí. Yo miraba al frente, veía a toda esa gente vibrando con nosotros y no podía dejar de pensar en la grandeza del rock’n’roll. Después de aquella experiencia estábamos preparados para enfrentarnos a cualquier audiencia, nada podría superar las dimensiones de ese concierto. Pienso en ello como uno de los puntos álgidos de nuestra carrera. Era realmente satisfactorio vivir aquello, haber sido capaces de estar frente a esa multitud y no sentir ningún tipo de miedo escénico. Supongo que los centenares de conciertos que llevábamos a la espalda nos ayudaron a mantener la calma para poder transmitirles toda nuestra energía al público.» Con la seguridad adquirida se meten de nuevo en el estudio para dar vida a su vástago más feroz, el inmenso «Gear Blues», primero de sus trabajos distribuido en España gracias a la visionaria pasión rockera del sello Munster, que presenta el doble vinilo de diez pulgadas en una impecable edición de cuidado diseño. Hace ahora exactamente un año (MS nº64), el compañero Ignacio captaba con precisión la grandeza de semejante artefacto: «Gear Blues es una tormenta sónica que debe mucho al maximum r&b de los Who, al punk inglés del 77, al high-energy de Detroit, a los Groovies, al fuckin’ blues de Jon Spencer… TMGE es simplemente un monstruo con estética ultra-cool, talento y actitud. Imprescindible.» Todavía recuerdo el shock que me atacó al ser enfrentado, sin previo aviso, a West Cabaret Drive, el primer estallido de una obra de insultante robustez, un implacable tortazo ROCK que, sí señores, marca el inicio de una nueva era en el ROCK de este milenio. No inventan nada, no, pero al escuchar su música somos violentamente despedidos hacia el corazón del Big Bang, al epicentro mismo de la génesis del ROCK para asistir a Su (re)creación con el mismo miedo que debieron sentir aquellos que se encaraban por primera vez a Jerry Lee Lewis, Doors, Stooges, Gang of Four o Black Flag.
«Japón es tan jodidamente inmenso que, a pesar de nuestro éxito, hay millones de personas que no nos conocen, que nos ignoran y prefieren escuchar música pop o techno, dos estilos muy arraigados. A veces es un poco molesto encender la radio y escuchar según qué grupos, pero es lo que hay. Queremos cambiar un poco las cosas y creo que vamos camino de lograrlo. Por suerte no estamos solos en nuestro empeño y te recomiendo que le dediques una escucha al último álbum de JigHead. Son amigos y creo que también se merecen que hables bien de ellos. Pero hay otras muchas bandas igual de interesantes por aquí, como Barbones, Genbaku Onanies, Gyogun Rend’s, Mad Moisell, Blow One’s Cool, Mad 3, Guitar Wolf o unos tipos encantadores llamados Rockin’ Ichiro & The Boogie Woogie Swing Boys. Hay bastantes razones para seguir manteniendo la fe en el rock’n’roll en Japón y espero que en España os pase lo mismo.» Quien calla otorga, dicen. Aunque, como comentaba Chiba anteriormente, TMGE siguen ansiosos la cuenta atrás para la salida de su sexto álbum, Munster acaba de editar con todo lujo de detalles su anterior Casanova Snake, nueva vuelta de tuerca a un sonido que de tan necesario y vigorizante rechaza cualquier atisbo de reiteración o estancamiento de ideas. Revolver Junkies, quinto disparo a bocajarro del álbum, es lo más parecido a un hit single que los japos hayan grabado jamás, un pedazo de tema que aspiro poder corear en breve por estas tierras, si es que alguien se aventura a traerlos y ellos se molestan en volar hacia el Imperio del Sol Menguante. «No puedo prometerte nada. Seguramente estaremos un tiempo girando con el nuevo disco y quién sabe si finalmente iremos a España. Con Gear Blues hicimos una pequeña gira europea, tocando en Austria, Inglaterra y Francia y puede que ahora decidamos quedarnos un poco más. Eso espero. El público europeo ha reaccionado de manera muy entusiasta y estamos bastante animados con la posibilidad de hacer más fechas por allí.»
Si llegasen a visitarnos y tú decidieras quedarte en casita preguntándote «¿Qué es ROCK?» como un capullo que yo me sé, llegaría a la triste conclusión que después de leer estas entusiastas líneas no sentiste el deseo de chequear a TMGE. Compra, roba, mata si es necesario, pero consigue una copia de ambos álbumes y corre a pincharlos. Si tras escuchar la inicial «Dead Star End» sigues creyendo que todo está perdido es que no has entendido nada de nada. O eso o que tu vida está tan podrida por los sonidos prometedores de un presente artificialmente mejor que ya no eres capaz de insuflar sangre a través de tus obtruídas venas y darle a tu corazón las dosis exactas de ROCK que todos, no lo olvides, necesitamos para seguir en pie. Rock Action, lo llaman. Rabia, energía, violencia, furia, dolor, éxtasis, destrucción, caos, desgarro, salvajismo, terror, clemencia, flagelación, sudor, sangre, cólera, tormento, maldad, pánico, sumisión… Lo anunciaba David Broc: en efecto, Satán existe… y tiene forma de elefante.
Texto: Roger Estrada
Publicado en Mondosonoro (junio 2001)